lunes, 28 de abril de 2008


HAIKU
¿Todavía no sabes lo que es un “haiku”? Se trata de una forma estrófica formada por tres versos, de cinco, siete y cinco, respectivamente, normalmente integrado en una composición en prosa, que nació en Japón durante la época medieval. Es una forma poética predominantemente nominal, de expresión sencilla y concisa, que carece de título y de rima. Transmite la apreciación directa y espontánea de un acontecimiento, a menudo trivial, que llama la atención del poeta, que lo espiritualiza. El tono puede ser tanto grave y profundo como bullicioso, satírico o humorístico. Entre los cultivadores de este género poético en los siglos XVII, XVIII y XIX destacan Matsuo Basthoo, Yosa Buson, Yataro Kobayasi Issa y Masaoka Shiki.
En el haiku se produce una visión instantánea e intuitiva de la realidad: sobreviene una imagen profundamente sentida en un momento de iluminación, en la que se refleja, como en un espejo, la íntima realidad de las cosas. En definitiva, lo que el haiku trata de hacer es eternizar sensaciones concretas convirtiéndolas en símbolos vivientes de otras tantas visiones del mundo.
Desde el punto de vista de los contenidos, en el haiku se advierte un claro predominio del tema de la naturaleza, en la que se sitúan las distintas plantas, animales y objetos. El poeta, inspirado en la tradición del budismo, parte de una visión animista de la naturaleza y cree entrever un mensaje de todos los seres vivos.
Entre los trazos estilísticos más importantes de esta modalidad poética deben destacarse la sobriedad y la contención, la sencillez y la naturalidad.
¿Os atrevéis a crear un haiku? Mi primer haiku, contemplando el Lérez dice:
“Agua crispada,
sofocante calor
brisas viajeras van…”
Otros haikus anónimos son:
“Frío abondo
ter neve nos meus ollos
e pensar en ti”

“Chega o outono
todo se esvaece
síntome estraño”
“Canto dos paxaros
voz harmoniosa
consolo do inverno”

“Toxos rozando,
carallo como doe,
que sufrimento”
(alumno ESO)
¿Por qué no salir una de estas tardes de calor fuera, al patio, para que los alumnos, en contacto con la naturaleza puedan inspirarse y crear su propio haiku? Es difícil crear poesía encerrado en casa entre cuatro paredes, y mucho más en clase, con el profesor y el encerado como fuente de inspiración. ¿Por qué no despertar su potencial vena poética precisamente fuera del aula? Ellos y ellas lo agradecerán. No se trata de que escriban un gran –e imposible- soneto, sino tres versos cortitos, sobre algo que les es cercano. Sin rimas, sin figuras literarias forzadas… Sólo cinco, siete y cinco. ¿Por qué no…?

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